Escondida en las colinas de Sant Josep en Ibiza se encuentra la ruina del legendario Festival Club. Esta discoteca abandonada, que en su día fue un vibrante paraíso de la vida nocturna, ofrece hoy una fascinante mezcla de historia, misterio y arte callejero. El lugar atrae a viajeros aventureros, artistas del grafiti y fotógrafos que desean capturar la atmósfera única del sitio.
El Festival Club abrió sus puertas en 1972 y fue en su momento el lugar más exclusivo para aquellos que seguían las tendencias en Ibiza. Este enorme complejo al aire libre fue diseñado en forma de anfiteatro y contaba con un escenario, una cabina de DJ, una pista de baile, varios bares e incluso un restaurante. Un detalle curioso: el lugar también contaba con una arena para corridas de toros, lo que añadía un toque aún más grandioso a la ubicación.
Desafortunadamente, el Festival Club tuvo un éxito efímero. En 1974, el complejo fue forzado a cerrar debido a la crisis del petróleo, que afectó gravemente el turismo en Ibiza. La disminución del flujo de turistas significó menos clientes, lo que finalmente condujo a la quiebra del Festival Club.
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